7 de febrero de 2014

Quiéreme.

Quiéreme, a escondidas o en medio del parque, quiéreme los días más calurosos del mes de agosto y haz que mi piel se erice y tiemblen mis labios. Quiéreme incluso cuando creas odiarme, cuando te entren ganas de salir corriendo y cuando el vértigo te gane. Quiéreme a oscuras, a tientas, que tus manos palpen y dibujen mi silueta. Quiéreme en mis peores días, cuando ni yo me soporto. Quiéreme boca arriba y boca abajo. Quiéreme aun cuando los días se cubran de noche y el sol duerma bajo ellos. Quiéreme mientras vemos las estrellas, o simplemente cuando miramos al techo. Quiéreme cuando te haga rabiar y cuando te haga cosquillas. Quiéreme cuando te declare la guerra en mi cama y cuando firmemos la paz en tu espalda. Quiéreme la mitad de lo que te quiero yo. Quiéreme hasta el día en el que ni tú ni nadie pueda seguir tachando días a tu lado.