27 de septiembre de 2013

Viernes tarde.

Viernes tarde. El sol viste de amarillo Alicante. El aire húmedo entra por el balcón mientras el humo del último cigarro se escapa entre mis labios. Y la música se mezcla con el humo una vez más. Entre sorbo y sorbo de cerveza escruto el mar. Hablo para mí, las palabras revotan contra estas cuatro paredes.

Puede que estos cuatro acordes me recuerden a ti...o puede que ya no. Que esa realidad me gusta más. Tú siempre huiste de todos. Yo soy la única dueña de mí. 

El calor del sol quema mi piel, tus recuerdos se evaporan. No entras por la puerta. Ya no te sientas en tu lado del sofá. Ya no me asomo para ver si te veo llegar. Todo está bien. En el lugar más remoto de mi ciudad. En mi rincón preferido. Sigue siendo el sol mi único acompañante esta tarde.

No quiero eso. Quiero que vuelvas, que me prometas ese lugar, cada sueño, cada sitio que encontrar. 

Se apaga Alicante al igual que yo. Ya no me acompaña ni el sol. La luna juega a esconderse tras el mar. Reflejada su luz, al igual que la tuya al amanecer. Pero mañana será un nuevo día. Saldrá el sol otra vez. 

14 de septiembre de 2013

No hace falta elegir.

Hay momentos en los que es mejor tumbarse y reflexionar. Notar tu peso sobre el suelo, el frío traspasando tu ropa y la luz de la noche sobre tu cara. Cuando solo el pensamiento interrumpe en silencio, cuando tu corazón late tan fuerte que retumba todo tu cuerpo. 

No todo es blanco y negro, no siempre tiene el mundo la razón. Me gusta llevarle la contraria a las matemáticas y pensar que no siempre uno más uno son dos. Quién sabe, en realidad no dependemos de nadie. Podemos vivir perfectamente sin pensar en esa persona todas las noches...y todas las mañanas. Solo necesitamos de una cosa, de nosotros mismos. Si estamos conforme a lo que somos, conquistaremos mil océanos. No importa si hay tormenta, si llueve o truena; no importa si lloramos para luego reírnos más fuerte.

Y al pensar en todo, sin saber por qué, sonríes y lloras a la vez. 

10 de septiembre de 2013

A escasos centímetros del cielo

Tú y yo. 
No hay nada más, tan solo nos iluminan las estrellas. De fondo las olas del mar de mis sueños, el que me ha visto escribir tu nombre en la arena. Dicen que no se puede parar el tiempo...mienten. Y aunque el mundo no quiera, en ese momento no existió nada más. Olvidé todo por un segundo. Cerrar los ojos, abrirlos y sí, sigue ahí, a escasos centímetros del cielo. No hay nada en el mundo que sea capaz de interrumpir ese momento, nuestro momento. Y si cierro los ojos fuerte volvemos a estar ahí, retomar las cosas por dónde las dejamos. Y esa noche le di mi corazón, todo lo que soy. Morí en sus labios y mi ternura peinó su piel. Cuidó de mí, durmió mi dolor. Sé que está ahí, cerca, más de lo posible. Siempre estaremos ahí, en el mismo sitio, a la misma hora, porque fue eterno, cuando respiramos el mismo aire.

Déjala ir.

Déjala ir, deja que el tiempo se os escape. Que los sueños se queden en eso, sueños. 

Eran felices, realmente lo fueron. Pero él, por mucho que lo intentó no fue nunca lo que ella buscaba, nunca fue suficiente. Ella necesitaba más pero él nunca supo verlo, no supo ver sus ganas de echar a volar. Todo tiene un final, nada es para siempre. Y cuando aceptó eso, la dejó ir...no fue él el que cortó sus alas esa vez. Por mucho que ella le pidió que no la dejara...ella en el fondo quería que lo hiciera, siempre quiso ser feliz. Rompió en lágrimas, renunció a su propia felicidad por la de ella, pero ella nunca lo vio llorar. Ella se quedó con tres recuerdos y una canción. Él con la esperanza de que ella fuera feliz sin él.

3 de septiembre de 2013

Ella.

Ella era una chica ilusionada con el amor. Solo ha conocido uno, ese primer amor, ese amor verdadero, según ella el amor de su vida. 'Todo va a salir bien' se dice cada noche y cada mañana al despertar con su olor en el recuerdo. Él ya no está, no está como lo estaba antes. Todo ha cambiado, pero ella es más fuerte que los cambios. Le costará pasar página y puede que jamás lo haga...mirará hacia adelante y seguirá su camino. Pero ella nunca estará sola. Un nuevo comienzo, se dijo, y poco a poco construyó a su nuevo "yo".

Ella encontrará a su persona, quizás no será el amor de su vida, pero sí será el amor que la acompañe toda la vida.