17 de mayo de 2014

Fin.

Y sí, hacía demasiado que no escribía, y lo necesito, Necesito desahogarme con alguien que solo lea y no se queje, que me escuche y me dé un respiro.
Estoy harta de consejos, de ir detrás, de ser feliz a ratos. Me machaca el no ser yo. Y no tengo porque serlo. Puede que ser dura conmigo, e incluso con los demás. Y puede que ni tan siquiera merezcas un pensamiento. O puede que no sea nada del otro mundo, y sea solo la misma historia que ha vuelto loco al resto. Quien sabe, a lo mejor no soy nadie. No entiendo el rumbo, ya he perdido el sentido de todo. Y me da igual que no lo entiendas, o que lo entiendas mal, o que no lo leas. Ya me da igual todo. El todo no me dice nada. No me dices nada. Y mientras escribo, voy notando como todo baja, todo vuelve a su sitio, y ni mis palabras son ya las de antes, y yo soy la que he sido. Me doy asco, sencillamente por ser tan miedosa. Le tengo miedo a lo desconocido, "al qué puede pasar si".
Y llega un punto en el que no sabes hacia donde ir para llegar a ser tú.