Ese sabor a aceite y queso, ese que sabor que me acompañaba en casa de los bisabuelos entre fotos viejas y recuerdos, recuerdos de la guerra, recuerdos que no querían ser recordados.
Ese sabor a aceite y queso me vuelve a esos días en los que pensaba "qué sabor más repetitivo". Ahora entiendo la cara de tristeza de mi bisabuelo cada vez que contaba su historia. El único momento en el que se reía de la muerte era cuando contaba que sobrevivió, incluso tras haber sido disparado por el odio, y me enseñaba la cicatriz que le dejó esa bala.
Siempre recuerdo esa historia. Cuando piensas que ha llegado el momento, zas, viene alguien y te salva, como le pasó a mi bisabuelo. Para mí, ellos son los héroes que levantaron el país que ahora están hundiendo los mismos que en esa época se repartieron nuestro país.
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