31 de agosto de 2012

Realidades escritas

Cada segundo, minuto, momento. Ese cuando todo se detiene menos tu mente. La información fluye e influye.
Observar, respirar, observar, pensar, y en ese momento grabar toda clase de sensaciones y recuerdos y sentimientos en tu cabeza. Se para el tiempo para ti.
Vivir, no es un verbo simple. Compuesto, por otros tantos y odiado, por muchos otros. Pero cuando se experimenta con el arte, la humanidad (hablo de personas, no de animales), todo eso cambia. Aumentan tus ganas de vivir, tus pulmones retienen más oxígeno, tu corazón late más fuerte y tu cerebro, que decir de él, si lo controla todo.

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