Que cuando todo estaba "acabado" y nublado era yo la que sabía que quería y ahora, en día despejado me nublo yo.
El problema es que no nos gusta comprometernos ni con nada ni con nadie. Y yo, siempre me he comprometido conmigo, me he marcado mil metas y siempre las he alcanzado. Pero nunca tuve que pensar en los demás. Integrar otras personas, otras metas, en la tuya propia. Y ahí reside la dificultad, la complejidad de la vida.
Sé que si quieres algo con fuerza, lo vas a conseguir siempre...aunque ese siempre no dependa de nosotros y por eso, a veces, nos caemos sin tropezar con nosotros mismos.
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