3 de agosto de 2013

Un año, seis meses.

Lo mejor es engañarnos a nosotros mismos para no ser conscientes de nada y así, en nuestra ignorancia, sufrir menos. Ya te has estado engañando mucho tiempo, solo un poco más y después, olvidarlo todo. 

Como si nunca hubiera pasado nada, tomármelo todo a broma. Puede que creyera que era demasiado real cuando en realidad nunca existió esa persona en la que un día yo creí. No me siento culpable por nada, y arrepentirme...de todo. Pero en esta vida hay que quedarse con lo que realmente vale la pena, con todo lo que hemos ido aprendiendo y conociendo. Y sobretodo, ahora que soy un poco más débil porque mis fuerzas se quedaron en el camino...juro que cuando todo acabe seré la fuerte. Y en el momento preciso, antes de derrumbarme, respiro. 

Porque no cumpliste tu palabra, y me duelen los ojos, por mi mirada, por la forma en la que me engañabas...y sin quererlo era participe de mi propia mentira. Pero seguiré creyendo que no eras mi persona, aunque puede que no tenga razón. Creo que te dejaré ir, que cierro esta etapa, si se le puede llamar así. En un año todo girará, todo cambiará de dirección aunque quería que estuvieras conmigo ahora dudo de ello. Y no es más fácil así pero nunca nada fue fácil para mí, me acostumbré hace mucho a vivir con los cristales empañados. 

Y en realidad no sé ni que quiero ahora mismo, solo sé que lucharé por esa meta hace tanto ya marcada. Y no, tú nunca fuiste mi meta. Si encuentro a alguien que me quiera acompañar, adelante pero que me agarre fuerte de la mano. Absténganse pasajeros ambulantes.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario